DE LA INCERTIDUMBRE AL APOYO

El momento del diagnóstico de la leucemia mieloide aguda se caracteriza por sensaciones de shock o paralizantes en el paciente, ansiedad, estrés, incertidumbre ante lo desconocido, miedo, e incluso sensaciones de alivio por haber encontrado una explicación a todos los problemas que estaban experimentando y las pruebas que se estaban haciendo.

Es importante que en el momento del diagnóstico los pacientes estén acompañados por algún familiar o amigo, y que no se sientan solos.

Durante el proceso oncológico, sentir emociones como la ansiedad, la preocupación, los nervios, la incertidumbre, entre otras, es algo normal, no son síntomas de debilidad, ya que la persona se enfrenta a una situación difícil que llega sin avisar. El hecho de poder expresar las emociones, sentimientos y preocupaciones hará disminuir la ansiedad y soledad.

Desde el principio del proceso puede resultar difícil hablar del diagnóstico, aunque hacerlo puede ayudar a reducir el miedo y las sensaciones de soledad al recibir apoyo.

Además, la comunicación con el médico ayudará a aclarar las ideas sobre la enfermedad, el pronóstico y las opciones de tratamiento. Es importante seguir hablando de temas normales del día a día, ya que ayudará a no centrar la atención solamente en una cosa.

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COMUNICACIÓN Y RELACIÓN CON LA LEUCEMIA

Comunicar un diagnóstico puede resultar complicado, por lo que, si no se sabe cómo empezar, se puede realizar una lista con las personas a las que se les quiere comunicar en primer lugar y qué contarles puede que ayude. Busca una zona privada y tranquila, en la que todos os podáis sentar cómodamente, además de asegurarte que tus interlocutores entienden todo lo que les vas contando.

La relación con el equipo médico se debería basar en la confianza y la colaboración. En ocasiones los profesionales médicos olvidan que los pacientes no tienen por qué entender el lenguaje médico, por lo que deberás pedirles que usen un lenguaje que puedas entender, así como preguntar todo aquello que no entiendas sin miedo.

Existen efectos secundarios asociados al cáncer como, por ejemplo, la fatiga, vómitos, pérdida de cabello, problemas bucales, entre otros. Por lo tanto, es normal que estas secuelas físicas afecten a la parte emocional de la persona, lo que puede repercutir en su calidad de vida.

Recuerde que un psicooncólogo puede ofrecerle la posibilidad de explorar sus sentimientos y experiencias en un entorno confidencial y positivo. Existen equipos de psicooncólogos, en la mayoría de los centros hospitalarios, así como en algunas asociaciones, como AEAL, que están a su disposición para ayudarle en todo lo que necesite.

ES-OHD-2300013 Fecha de preparación: Octubre 2023